Los suelos de vinilo se comenzaron a popularizar en la década de los 60. Su economía y su amplia variedad de diseños los convirtieron en uno de los productos favoritos para instalar tanto en los ámbitos particulares como profesionales.

Desde entonces y hasta la actualidad han sufrido un espectacular desarrollo con la creación de tratamientos de superficie que han mejorado su resistencia, su estética y sus propiedades antideslizantes e incombustibles para extender aún más, sus ámbitos de utilización.

Dependiendo de las tecnologías aplicadas en su fabricación, los suelos de pvc en rollo pueden ofrecer características muy diferentes, pero, en líneas generales, podemos decir que son suelos resistentes al desgaste, a la humedad y fáciles de limpiar.

Son suelos impermeables y resistentes al agua y a la humedad. En realidad, el pvc no es un material que repela el agua pero el hecho de tener una muy baja porosidad hace que esta no sea absorbida.

Gracias a los átomos de cloro que forman parte de su composición, los suelos de pvc no arden ni se queman con facilidad.

Al ser un material elástico, amortiguan el ruido de los pasos, lo que nos proporciona una pisada cómoda y silenciosa.

Tienen la capacidad de absorber los impactos por lo que protegen el suelo de los golpes que se puedan producir sobre él.

Debido a su composición, el pvc es un material suave y cálido al tacto.

Por sus propiedades térmicas, son aptos para suelo radiante.

El suelo vinílico es un magnífico aislante acústico que se puede instalar directamente sin necesidad de otros elementos que le confieran o afiancen esta propiedad, como sucede con los subsuelos vinculados a los suelos flotantes.

Los suelos de pvc se pueden clasificar en dos grandes categorías: flexibles (continuos o en rollo ) y rígidos ( en lamas o en losetas ).

Los suelos continuos se fabrican en rollos de gran formato. Los anchos más comunes suelen ser de 2 y de 4 metros y los largos, dependen del fabricante, aunque suele ser habitual fabricarlos en 20 metros de largo, para facilitar su manipulación.

Sus espesores suelen oscilar entre 1 y 4 milímetros y las capas de uso, entre 0,2 y 0,7, siendo las de 0,2 las recomendadas para uso doméstico o tránsito moderado y las de 0,7 para los tráficos más elevados de uso comercial.

En cuanto a sus acabados, los suelos de pvc en rollo son de los suelos más versátiles que existen ya que pueden imitar prácticamente todos los tipos de suelos que conocemos: madera, gres, mármol, pizarra, cemento, hormigón o, pensando en el sector infantil o educativo, divertidos estampados o dibujos, así como alegres colores lisos.

Cualquier diseño que imagines se puede plasmar en un suelo de pvc en rollo gracias a la impresión digital.

Podemos encontrar suelos de pvc en rollo con reverso de vinilo o con una base textil, que ofrecen mayor estabilidad y calidad. Estos últimos, incluso, se podrían colocar sin necesidad de fijación en espacios pequeños, de manera autoportante.

Los suelos vinílicos en rollo también se pueden clasificar en suelos heterogéneos, que están compuestos por varias capas, en una de las cuales, se imprime el diseño y suelos homogéneos que sólo constan de una única capa gruesa que puede ser pulida para restaurar el suelo. Los suelos homogéneos se utilizan en centros comerciales, colegios, hospitales, universidades, es decir, en zonas con un tránsito muy elevado que requieren suelos con las mejores prestaciones.

También existen suelos de pvc en rollo antideslizantes, que se utilizan en cocinas, duchas y baños, zonas en las que seguridad y protección es una necesidad prioritaria. Evitan caídas y resbalones. Se miden por un índice de resbaladicidad que va desde el R9 hasta el R12.

Igualmente, podemos encontrar suelos de vinilo en rollo conductivos y disipativos que resisten a las cargas electrostáticas que pueden producir efectos molestos para las personas o daños en algunos aparatos electrónicos. Se utilizan en áreas médicas como quirófanos, laboratorios, salas de Rayos X o en áreas comerciales en las que se necesita proteger equipos electrónicos como en salas de ordenadores.

Otro tipo de suelos de pvc en rollo son los suelos deportivos, con características propias según el deporte que se vaya a practicar, baloncesto, yoga, gimnasia, etc o comunes, que son los llamados suelos deportivos multiusos. Todos ellos ofrecen una superficie muy resistente a las cargas, deslizamiento, agarre y flexibilidad, buscando siempre la protección del deportista.

En cuanto a su instalación, los suelos de pvc en rollo no necesitan de herramientas específicas ni sofisticadas. Dada su extrema delgadez se cortan con un buen cúter.

Pueden instalarse sobre pavimentos preexistentes pero, antes de proceder a su instalación, debemos asegurarnos de que la superficie esté limpia, firme, nivelada y libre de impurezas. Si no es así y dependiendo del grado de irregularidad, será necesario utilizar una capa de pasta niveladora, de mortero autonivelante o, en los casos muy extremos, una capa de hormigón.

Una vez que tengamos la superficie lista, procedemos a extender el rollo o el paño y a hacer los cortes que sean necesarios para adaptar el suelo a la habitación sobre la que se vaya a colocar. Dejaremos siempre unos centímetros de margen para los cortes finales.

Para fijarlo a la solera se puede utilizar un pegamento unilateral o cinta de doble cara.

Recomendamos que, en zonas de alto tránsito, se coloque el suelo de pvc siempre encolado a la superficie y dejar la instalación con cinta de doble cara para el ámbito doméstico o para superficies pequeñas. En cualquier caso, siempre es aconsejable que el adhesivo que utilicemos sea de buena calidad para garantizar una buena instalación.

Por lo que se refiere a su mantenimiento, al tratarse de un material termoplástico, la limpieza no puede ser más sencilla. Se puede utilizar, escoba, aspiradora o fregona con agua y cualquier producto de limpieza doméstico cotidiano ya que, a diferencia de otros suelos, como los pavimentos de madera, no se ven afectados por el agua. Leer Menos